Un mundo que camina y narra para hacerle más habitable.

 Os animo a que escuchéis a Michèle Petit y sobre todo a leer sus libros. Leyéndola y escuchándola se borran de un plumazo todos esos discursos pesimistas en los que se dice única y exclusivamente que ya no se lee.




En su libro El arte de la lectura en tiempos de crisis, nos descubre cientos de experiencias en distintos puntos del mundo donde se ha hecho de la lectura el sentido de la vida de muchas personas.
"...la lectura entró a formar parte de su experiencia única. No significaba que fueran a convertirse en grandes lectores, pero los libros ya no les provocaban aversión, no les asustaban. Y les ha ayudado a plasmar en palabras, su propia historia." La lectura les sugería que toda persona puede tener una voz propia.

Un hospital en Bogotá acoge a un centenar de drogadictos. A los desechables, a los que pueden ser arrojados a la basura. Entre las actividades que se les propone esta el club de lectura. Este club de lectura se ha convertido en el lugar en el que son escuchados no como drogadictos, sino como seres humanos.

Muchas experiencias en Colombia, en Argentina, en distintos puntos del mundo, nos hablan de hospitalidad en lugares donde lo normal es la violencia; los mediadores de lectura hacen este papel, "de saber que allí hay alguien que te escucha."





"Leer hace hablar a los niños, a los adolescentes o a las personas de la tercera edad, o bien a unos con otros."




"Porque es eso lo que está en juego con la transmisión cultural y en particular con la lectura: construir un mundo habitable, humano, poder encontrar un lugar y moverse en él; celebrar la vida todos los días, ofrecer las cosas de manera poética; inspirar los relatos que cada uno hará de su propia vida; alimentar el pensamiento, formar el corazón inteligente, para hablar como Hannah Arendt, que hubiera añadido que hay que transmitir el mundo a los niños, enseñarles a amarlo, para que un día tengan ganas de hacerse responsables de él. Pues es el amor del mundo el que nos da una disposición de ánimo política."

Leed a Michèle Petit, y sobre todo leed. 

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