Frankenstein, Mary Shelley
"Para aproximarse a la perfección, un hombre debe conservar siempre la calma y la tranquilidad de espíritu sin permitir jamás que ésta se vea turbada por una pasión o un deseo momentáneo. No creo que la búsqueda del saber sea una excepción a esta regla. Si el estudio al que uno se consagra puede llegar a destruir su gusto por los placeres sencillos que no pueden ser mixtificados, entonces ese estudio es sin duda negativo, es decir, no es conveniente a la naturaleza humana. Si hubiéramos siempre observado esta norma, si jamás un ser humano se hubiera permitido, por el motivo que fuese, comprometer la causa de sus afectos domésticos, Grecia no hubiese caído en la esclavitud, César habría salvado a su país, América se hubiera descubierto más pausadamente y los imperios de México y del Perú no hubieran sido destruidos.
Sí que es un sitio este para pensar, Esther, y ¡para debatir!
ResponderEliminarMe encanta tu párrafo pero no lo tengo tan claro, o no lo he entendido. Son esas pasiones las que nos han hecho avanzar y (retroceder también) como pones en tus ejemplos.
Recuerdo una entrevista que le hicieron a Vicente Ferrer, en el que él decía que no se consideraba que hubiera sido un buen padre, precisamente por ese gran proyecto en Anantapur que tenìa entre manos. Y es que si el día tiene 24 horas, y el que tiene la visión de algo, es mu difícil quitársela de la cabeza. Y los beneficiados somos nosotros, en cualquier caso, con el tiempo.
Pues sí, Icíar, yo tampoco lo tengo claro, jajajaja, pero me gustó por eso, porque hace pensar.
EliminarEs un libro fantástico. Me gustó mucho cuando lo leí, quizás es momento de releerlo.
ResponderEliminarTienes una nominación en mi blog, pásate: http://algo-cuentame.blogspot.com.es/2014/08/nominaciones-liebster-award.html
Un abrazo