El siglo del destierro
"La única esperanza que nos queda ahora es hacer de toda la tierra el centro. Sólo la solidaridad mundial puede trascender el desarraigo moderno. La necesidad sin fin de solidaridad."
John Berger, Páginas de la herida
En mi cabeza se relacionan lecturas. El Gatopardo, esa historia ambientada en la Sicilia de 1860, el final de una época. La famosa frase que dice uno de sus personajes, "Si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie." Su autor, Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Lampedusa. Esa isla pequeñita, con sus costas testigos de tantos naufragios, de tantas muertes anónimas de personas que buscan una vida mejor. Una vida mejor.
Como la familia de la protagonista de Desencajada. También buscan una vida mejor. Desde otra parte del mundo. Ucrania. El suelo más rico del mundo, el granero de Europa. Desencajada, de Margaryta Yakovenko.
Decía John Berger, al que siempre vuelvo, que "este siglo, con toda su riqueza, con todos sus sistemas de comunicación, es el siglo del destierro generalizado."
Hace pocos días, el 24 de junio, en la frontera de Melilla ha ocurrido una masacre. Según los datos, 37 personas que intentaban llegar a mi país, huyendo de guerras, hambre, han sido asesinadas por los vigilantes de las vallas.
"La vaguedad sobre el número de víctimas es una violencia indignante, cuando el deseo de precisión, a la inversa, marca una ética de la atención, la aproximación es una muestra de pereza, designa vagamente lo innumerable, la multitud, el gentío, los probres, todo lo que bulle y tiene hambre, todo lo que huye de su tierra." Maylis de Kerankal, Lampedusa.
Si queremos que todo siga como esta es preciso que todo cambie. Esta frase se queda en mi cabeza. ¿Tendrá razón Tancredi? Espero que no, y las cosas cambien para que el mundo mejore. Y eso es lo que piensan los más de 900 colectivos que se han unido para hacer un comunicado y diversos actos en contra de lo sucedido en Melilla."Si asumimos una perspectiva mundial, el fenómeno más significativo del momento histórico que vivimos es la magnitud de las emigraciones forzadas que ocurren.
Digo forzadas, aunque se decidan a nivel personal, porque la pobreza devasta más ampliamente que cualquier ejército invasor. Mes tras mes millones abandonan su tierra natal. Se van porque no hay nada así, excepto su todo, que no ofrece lo suficiente para alimentar a sus niños. Alguna vez lo hizo. Ésta es la pobreza de las décadas recientes."
Leí hace años Lampedusa de Maylis de Kerangal. Imposible no acordarse de El Gatopardo mientras la leía.
ResponderEliminarHay grados de pobreza y de víctimas. Los ucranianos padecen la guerra en su país, tan solo eso los hace víctimas. Si además eres muy moreno como los sirios, eres aún más víctima, y más aún si eres negro, y a todos ellos se les puede añadir el hecho de ser mujer. Si eres mujer y negra estás en lo más alto de la pobreza.
Has escrito un precioso texto de homenaje y protesta. Lástima que no todo el mundo lo vea igual.
Un beso.
Qué precioso texto, me has recordado a mi madre, gran fan de El Gatopardo.
ResponderEliminarEl mundo es muy duro para algunos, como dice Rosa si además de vivir una guerra eres negro y mujer, ya eres el top1 de la pobreza. Ojalá todo mejore y nuestros hijos hereden un mundo mejor.
Muy feliz día.
Soy Marigem, aunque ponga anónimo.
EliminarQuerida Esther:
ResponderEliminarVivimos tiempos terribles. Pero mientras haya personas como tú que no se conforman con lo que pasa, aún habrá esperanza.
Un abrazo, y feliz semana!!
Me temo que Tancredi estaba cerca de tener razón.
ResponderEliminarTambién tengo mucha tendencia a conectar lecturas. Habiendo, además, leído a de Kerangal, imposible no relacionar Lampedusa con El Gatopardo.
Solo los privilegiados migran voluntariamente.
Un abrazo