El infinito en un junco, Irene Vallejo.

"Aunque ya no soy aquella niña, escribo para que no se acaben los cuentos. Escribo porque no sé coser, ni hacer punto; nunca aprendí a bordar, pero me fascina la delicada urdimbre de las palabras. Cuento mis fantasías ovilladas con sueños y recuerdos. Me siento heredera de esas mujeres que desde siempre han tejigo y destejido historias. Escribo para que no se rompa el viejo hilo de voz."

Esto es El infinito en un junco, un hilo que nos une con nuestros antepasados, un viaje de millones de años donde descubrimos el comienzo del amor por los libros, desde la biblioteca de Alejandría hasta la biblioteca actual de Oxford. Un ensayo que es un canto a las humanidades pero también a la humanidad en sí.
Conocemos historias como la de Esquilo, que luchó contra los persas y que después llevará a los escenarios la pena de sus enemigos derrotados. "Sin burla, sin odio, sin geralizar las culpas. Y así, entre el duelo, las cicatrices y el afán de comprender al extraño, empieza la historia conocida del teatro."
O la historia de Heródoto, el gran viajero del mundo clásico, que viajaba y conocía a sus supuestos enemigos en su vida cotidiana. Se esforzó por derribar prejuicios,  "enseñándoles que la línea divisoria entre la barbarie y la civilización nunca es una frontera geográfica entre diferentes países, sino una frontera moral dentro de cada pueblo; es más, dentro de cada individuo."

Creemos que internet ha cambiado nuestro mundo, y desde luego que lo ha cambiado, pero el nacimiento del alfabeto fue una tecnología todavía más revolucionaria. Construyó por primera vez una memoria común al alcance de todo el mundo. 

También nos cuenta cómo el códice fue ganando terreno al rollo gracias a los cristianos. El libro de bolsillo les resultaba más cómodo para esconderlo rápidamente en los pliegues de sus túnicas y entre otras cosas eran fáciles de transportar disimuladamente en sus viajes.

Los libros han sido a lo largo de la historia verdaderos salvavidas, si alguien duda de esto que escuche a Michèle Petit , y lo siguen siendo.

El infinito en un junco es un libro precioso, escrito con una gran sensibilidad hacia el pasado pero también hacia nuestro presente.

                 

   
   

       
           
       

          
            Irene Vallejo
       

   



Comentarios

  1. Lo tengo apuntado desde su aparición, pero aún no ha llegado a estas costas. Me alegra que lo hayas disfrutado, Esther. Gracias por traérnoslo. Un abrazo.

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  2. Qué bien que te haya gustado. Le tengo echado el ojo desde que se publicó, a ver si puedo leerlo pronto. creo que me va a gustar. Un saludito.

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    1. Seguro que sí, y empezaras el año con una lista de libros que quieres leer. Un saludo

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  3. No conocía el libro y me atrae mucho puesto que soy una enamorada de las bibliotecas y de sus libros.

    Un saludo.

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    1. Te va a encantar entonces, habla de las primeras bibliotecas y de las primeras bibliotecas públicas. Un saludo

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