Mil millas Nilo arriba, Amelia B. Edwards

En mi vuelta al mundo en 12 libros me he retrasado un poco, esta última estancia ha sido larga pero ha merecido mucho la pena. 

Después de dejar Italia y a mi querido Pirandello he llegado a El Cairo, donde he conocido a toda una dama inglesa, Amelia B. Edwards, que viajaba con una amiga y que se disponían a recorrer parte del Nilo descubriendo las maravillas de la cultura egipcia. 


En mi vida real, la del año 2022, estoy perezosa, no me apetece viajar, me cuesta salir de mi ciudad, coger el coche, preparar maletas, todo me cuesta un horror. Nada me parece más apetecible que coger un libro y quedarme leyendo todo el día. Pero con este viaje lector que empecé este año estoy viendo maravillas. 

He seguido a Amelia en su viaje cargado de emociones, no sólo por ver monumentos milenarios, sino también por la admiración de los colores al atardecer, el poder de la arena del desierto, los cocodrilos, la vida de los lugareños, sus marineros, su guía, el pintor... Un viaje espectacular. Y no nos olvidemos de la fecha, 1873.

"... camellos, caravanas, campamentos en la orilla, barcos de carga y cangías en el río, figuras salvajes de atletas semidesnudos, mujeres oscuras con adornos bárbaros, sin velo, deslizándose, arrastrando largas vestiduras de color genciana azul oscurísimo, viejos y niños desnudos como bronces viviente, éstos, y cientos de otras cosas son literalmente infinitas. De hecho, es todo tan pintoresco, tan bíblico, tan poético, que casi se corre el peligro de olvidar que los lugares son algo más que bellos paisajes, y que las personas no son meras figuras colocadas allí para el deleite de los dibujantes, sino que están hechas de carne y hueso, y las mueven esperanzas, temores, y preocupaciones iguales que las nuestras."

Amelia no sólo nos describe los monumentos y los paisajes sino que también se deleita en dibujarlo. Pero tengo que confesar que en los últimos capítulos me ha pasado un poco como al resto de sus compañeros de viaje, tanto monumento me ha saturado un poco.

Ahora quiero leer algún relato de viaje por el Nilo actual. No sé si habrá algo publicado que no sea sólo una guía turística. 

Y para acabar os dejo el enlace al blog de Lecturas de Undine donde podréis leer una reseña maravillosa sobre el libro. 

 ¡Nos vemos en la siguiente parada!



 

 

Comentarios

  1. He tenido muchas ganas de viajar a Egipto, pero nunca lo hice y ahora con los problemas que hay en la zona de vez en cuando me da un poco de miedo. No se me han quitado las ganas, pero el miedo no me dejaría disfrutar. Egipto lo conozco literariamente hablando por Naguib Mahfoud sobre todo y también por Nawal El Saadawi y algún otro autor.
    Prefiero las novelas escritas por egipcios y ambientadas en Egipto, más que un libro de viajes, por lo que este que compartes lo voy a dejar pasar.
    Un beso.
    Un beso.

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  2. Querida Esther:
    Leer tu reseña me ha traído muy buenos recuerdos de la lectura que hice del libro el pasado año. Por aquel entonces yo tampoco me atrevía a viajar, afortunadamente ahora me encuentro en otro punto. Pese a ello, comparto contigo el disfrute de abrir un libro de viajes y aventura, e imaginar que acompañamos al autor en su periplo.

    Un abrazo fuerte, y mil gracias por el placer de tu compañía!!

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    1. No se que le pasa a blogger que hay comentarios que no se ponen solos... Yo es que no me atreva a viajar y que me ha invadido la pereza, que no sé si no es peor. Estoy disfrutando mucho de este viaje que hago siguiendo tus pasos. Un abrazo

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  3. Se ve que has disfrutado muchísimo del viaje. Creo que es una buena idea complementarlo con una visión más actual. Espero que encuentres alguna lectura al respecto.
    Un abrazo

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  4. Ay qué buena pinta, me apetece muchísimo.
    Yo siempre he sido muy viajera y últimamente también estoy algo perezosa, el tiempo libre que tengo ya no quiero pasarlo.viajando, prefiero ir a la finca a leer bajo un árbol, cenar allí mismo y dejar el tiempo pasar lentamente.
    Muy feliz día.

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  5. Me compré ese libro por la reseña de Undine el año pasado. Cuánto disfruté de ese viaje que aunque más incómodo por la época tenía un encanto que los tours que se hacen ahora que no te da tiempo ni a respirar dos veces. Normal también que los viajeros acabaran saturando, pero oye, bendita saturación, verdad? Un libro sin duda para releer.
    Un saludo

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