La economía del absurdo, Josep Burgaya
"Nos guste o no, nos lo planteemos o no, cada acto de compra que hacemos
tiene connotaciones en la economía global, y los productos abundantes y
baratos (y no sólo estos) refuerzan la tendencia de nuestras industrias a
desplazarse hacia lugares ignotos para producir más barato, porque la
pobreza de mucha gente hace que les sea una bendición cobrar salarios de
miseria. A nosotros, cada vez nos resulta más difícil encontrar
trabajo, y aún más con condiciones y salarios dignos. En medio de todo
esto, se dejan de ingresar impuestos, se destruye el comercio y se
cierran una cantidad significativa de fábricas y de pequeños negocios."
"Aunque no lo parezca, todo está encadenado: más producción masiva/más
productos baratos/más desempleo/salarios más bajos/menos recursos
públicos/menos tejido empresarial/más concentración de la riqueza/más
desigualdad."
"Los productos low cost acaban generando sociedades low cost."
"Necesitamos recuperar el sentido de lo que es colectivo, entender que la
sociedad no es posible con ciertos niveles de pobreza y con formas de
desigualdad extrema. El futuro pasa por recuperar nociones económicas y
políticas que prioricen la redistribución, toda vez que, gracias a la
tecnología, hemos alcanzado la suficiencia productiva y hemos superado
los siglos de la escasez. Para que predomine la noción de equidad, es
necesario recuperar comportamientos éticos y actitudes morales que han
sido notablemente olvidadas, como también sería necesario un acuerdo
global para hacer tributar el capital y los grandes movimientos
financieros. La codicia no puede ser un valor socialmente aceptable,
como no lo puede ser el derroche de recursos o el individualismo más extremo. La recuperación
de la economía no puede fundamentarse en un continuo crecimiento del
consumo. Se debería ir asumiendo: abordar los costes reales de la producción
internalizando los costes medioambientales; aceptar una visión más
inclusiva donde el bienestar colectivo esté por encima del
enriquecimiento individual; y reducir la adicción al sector financiero y
devolver el ámbito de la toma de decisiones a la política."
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Jose Burgaya en Encuentros para la Solidaridad |
Toda la razón. Tendríamos, antes que nada, que concienciarnos de que el 90% de las cosas que compramos no las necesitamos. Así invertiríamos en cosas de una mayor calidad, y sería muchísimo mejor para el planeta, porque no sobreexplotaríamos los recursos naturales como lo estamos haciendo, mejor para el trabajo, porque además valoraríamos más la profesionalidad de cada sector. Un beso.
ResponderEliminarMuy interesante lo que has recogido en este post. El problema es que todo pasa por concienciarnos de esta realidad y actuar en consecuencia y eso lo veo complicado (no imposible).
ResponderEliminarSaludos.
Hola!! Interesantísimo todo lo que comentas, pero es difícil que todo el mundo lo vea igual. ¡Genial post! Besos!!
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