Las lecturas que se han quedado conmigo

  Viendo la imagen final de los libros que he seleccionado como mis mejoras lecturas, queda  bastante claro que me encanta leer vidas de otros.   Disfruté muchísimo con ese canto de amistad que es el libro de Cristina Peri Rossi a su gran amigo Cortázar. Descubrí a Alessandro D´Avenia con El arte de la fragilidad . Saberse frágiles y aceptarlo es una de las enseñanzas de la vida. Me gusta descubrir a testigos de la vida. Y un testigo ha sido Philippe Lançon con El colgajo . ¿Cómo se puede sentir gratitud después de haber sufrido un atentado? Pues se puede.  Igual de Delphine de Vigan siente un amor tan profundo hacia su madre, a pesar de la infancia que la hizo pasar. Sanmao también nos cuenta el pozo oscuro en el que cayó después de la muerte de su marido. No consiguió salir de él. Leer la vida de los demás te hace poner en perspectiva la tuya.  Leer a Ayestarán y su Jerusalén, santa y cautiva, te hace conocer una ciudad testigo de tanto sufrimiento.  Con Los silencios de la libertad

Realidad imaginada

Conocí a Isaac Rosa hace bastantes años con su libro La mano invisible. Y creo que fue por marzo del año 2019, cuando en una presentación del por entonces su último libro, Feliz final, no dudé en acercarme a él y darle las gracias por lo que había escrito en La mano invisible. El eterno debate de si un escritor, artista en general, debe estar comprometido con la realidad o sólo ayudar a evadirnos de ella. Yo no sé lo que un artista tiene que hacer, lo que sí sé es lo que Isaac Rosa hizo con ese libro, mostró con una gran sensibilidad numerosos trabajos que pasan desapercibidos en nuestra sociedad, y yo que he tenido más de uno y que desde hace bastantes años soy teleoperadora,  me sentí reflejada, escuchada y comprendida. Y eso es mucho.

Así que cada libro que saca no dudo en leerlo. Tiza roja dicen que es un libro de relatos inventados, no reales. Eso dicen. No reales. Pero yo con cada uno de ellos he visto tanto de verdad, tanto de realidad, que esta claro que el hilo que separa la realidad con lo imaginario es demasiado fino. 

Después de Tiza roja me he leído el último de Martín Garzo, Elogio de la fragilidad, y resulta que he visto que uno complementaba al otro. No sé que pensarán ellos de esa unión, cada uno escribe de una manera muy distinta, pero yo los he visto juntos. Martín Garzo es un defensor de los cuentos infantiles para que los niños crezcan sabiendo que hay monstruos pero que también hay personas bondadosas. 

Para soportar la realidad que nos rodea, la que nos cuentan los relatos de Isaac, Gustavo nos propone una medicina, leer para a ver si así llegamos a comprenderla. 

Comentarios

  1. Gracias por la recomendación guapa

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  2. ¡Qué bonita reseña, querida Esther!
    Yo creo que no hay nada más maravilloso para un lector que el saberse comprendido por un autor, verse reflejado de alguna manera en su obra. Por otro lado, estoy muy a favor de enseñar a los niños la realidad completa de la vida, prepararlos para ella, pero con amor, porque también existe.
    Un abrazo y feliz semana!!

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  3. Hola.
    Pues me has intrigado, tengo que leer algo de Isaac.
    Respecto a los cuentos infantiles, opino igual, hay que enseñar a los niños que además de monstruos existe la bondad en el ser humano.
    Muy feliz día.

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  4. Hace mucho que no leo nada de Martín Garzo. Terminé por cansarme y no encontrar interés en sus novelas.
    A Isaac Rosa, por el contrario, nunca me canso de leerlo. Tengo La mano invisible desde que salió, pero aún no me he animado. Tomo nota también de esos relatos no reales.
    Un beso.

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  5. Hola. Pues sin dudarlo me quedo con Martin Garzo y sus cuentos curativos. Es que para realidad ya tenemos una y bastante guerra nos da. Prefiero evasión.
    Besos

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  6. Suena genial todo lo que nos cuentas sobre ellos... No me da la vida para leer todo aquello que me gustaría jeje, pero bueno, anotados.

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  7. De Isaac Rosa solo he leído Feliz final. Me gustó pero hay algo en él que no terminó de convencerme.
    De Gustavo Martín Garzo he leído varios libros aunque hace ya mucho tiempo. A saber por qué tengo a este autor tan abandonado. Ya me había fijado, sin embargo, en el libro suyo que has leído y la verdad que parece tener buena pinta.
    Besos

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