Lérmontov, dolor, amargura y melancolía.

"Con temor contemplo el futuro
y el pasado con tristeza.
Y como el condenado en el patíbulo
busco a mi alrededor un alma hermana.
¿Acaso el mensajero salvador
me revelará el sentido de la vida, 
el fin de expectativas y padecimientos?"

Lérmontov, el joven ruso que sufrió mucho por la muerte de Pushkin, pero que él mismo repitió su final, y acabó muriendo también en un duelo con sólo 27 años. De él nos ha llegado sobre todo poesía, una poesía donde la esperanza está ausente. 

"¡Con ojos tristes contemplo a mi generación!
Su futuro es vacío u oscuro."

Gorki dice de él: "en su pesimismo vibra el desprecio a la sociedad que lo origina y lo condena (...)".

Sólo le dió tiempo a escribir una novela, "Un héroe de nuestro tiempo". En el prólogo él mismo nos explica que es un retrato de una generación. Es una novela donde nos cuenta las desventuras provocadas por su mismo protagonista, Pechorin. Un héroe de nuestro tiempo no nos habla de un verdadero héroe, tal y como lo entendemos,  sino que con esta palabra ironiza sobre lo que la sociedad ensalza. 

En nuestros tiempos extraños de confinamiento, donde cada día a las 8 de la tarde salimos a nuestras ventanas para aplaudir a los que sí son héroes, a los que están dando su vida por los demás, quizá surja un escritor que escriba una novela con este título, pero dando a la palabra héroe su significado real. Hoy tenemos muchos héroes.

Comentarios

  1. Me gusta tu reflexión final. Para mí mi héroe más cercano es mi padre, que a sus 61 años cada día va a trabajar para proveer a los supers de embutidito rico y lo hsce con su humor habitual. Creo que este tiempo nos va genial para reflexionar y darnos cuenta de la importancia relativa de las cosas

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  2. Veo que en efecto ya has leído a Lérmontov. En mi blog respondiendo a tu comentario te hacía la pregunta.
    Estoy convencido de que esta situación de confinamiento dará lugar a no pocas obras de creación. Las circunstancias son dignas de ello: los sanitarios, los policías, los trabajadores de las telecomunicaciones que permiten manteniendo las Redes que podamos sobrellevar mejor el encierro, los trabajadores de los centros de alimentación, etc. Todos ellos son héroes auténticos. Pero no hay que confundirse cosotros no somos románticos como Pechorin, quiero decir que nosotros no tenemos asumida la muerte como parte de la vida. Ahí nos equivocamos muchísimo.

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    1. Qué razón tienes, la muerte es parte de la vida. Lo que más angustia da ahora no es tanto la muerte sino su forma, solos y sin un último abrazo.

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  3. Hola! Gracias por compartirme el enlace para conocer tu blog. Desde ya le empiezo a seguir.
    Muy buena la reflexión que hace sobre nuestros tiempos relacionando con la novela de Lérmontov.

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