"Aislarse del mundo no consiste, en dar la espalda al entorno, sino en
lo contrario: en ver el mundo con un poco más de claridad, mantener un
rumbo e intentar amar la vida".
Vivimos una época extraña, confinados en nuestras casa, en este extraño 20 20. Las ciudades están vacías y silenciosas. Pero en mi cabeza sigue habiendo mucho ruído. Ruido por las voces que no paran, las noticias que se agolpan, los sonidos constantes y por la intertidumbre, sí, la incertibumbre también es un ruido, y me atrevería a decir que es el mayor de los ruidos que se nos mete en la cabeza. Y en medio de todo este lío me acuerdo de este libro que alguien recomendó hace tiempo en algún sitio. Me acuerdo de la canción de Drexler de su último album, "Silencio", y me acuerdo que me apunté este libro porque mi cabeza en ese momento también necesitaba silencio. Mi trabajo supone muchas horas de ruido, sonidos que no dejan de sonar, y no trabajo en una fábrica. Sonidos de teléfonos que no paran, conversaciones con personas donde prima la queja, la prisa, los tiempos... Silencio.
"No podemos esperar a que se haga el silencio. Ni en Nueva York ni en ninguna otra ciudad. Debemos crear nuestro propio silencio."Erling Kagge apunta una idea, el silencio es un lujo, es un índice de las diferencias sociales. El silencio, el quedate en casa, tantas cosas que no son lo mismo para todos.
Bonitas palabras guapa. Esperemos volver al ritmo normal poquito a poco.
ResponderEliminarEs importante encontrar ese espacio de silencio, sobre todo el de dentro.
ResponderEliminar´Debemos crear nuestro propio silencio. Qué frase más buena.
ResponderEliminarNo sé si atreverme yo también a decir que la incertidumbre es el mayor de los ruidos pero de no ser así estaría en los primeros puestos del ranking. La incertidumbre siempre está ahí, aunque la mayor parte del tiempo no la escuchemos o no la queramos escuchar. Probablemente esta sea la primera ocasión (y esperemos que la última) en que todos la estamos escuchando al unísono.
Un abrazo
Me ha encantado este post. Qué necesario ese silencio, nuestro, propio de cada uno. Necesario, sano y qué nadie entiende y diría más, ni se entiende ni se respeta. Estos momentos están siendo duros pero creo que se puede aprender mucho de todo esto, aunque tristemente pienso que una vez se recupere la normalidad pocos sacarán un verdadero aprendizaje (ni si quiera sé si yo lo haré, pero al menos lo tengo presente y pienso que esta vivencia sí va a tener una huella en mí). Un abrazo
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