Las lecturas que se han quedado conmigo

  Viendo la imagen final de los libros que he seleccionado como mis mejoras lecturas, queda  bastante claro que me encanta leer vidas de otros.   Disfruté muchísimo con ese canto de amistad que es el libro de Cristina Peri Rossi a su gran amigo Cortázar. Descubrí a Alessandro D´Avenia con El arte de la fragilidad . Saberse frágiles y aceptarlo es una de las enseñanzas de la vida. Me gusta descubrir a testigos de la vida. Y un testigo ha sido Philippe Lançon con El colgajo . ¿Cómo se puede sentir gratitud después de haber sufrido un atentado? Pues se puede.  Igual de Delphine de Vigan siente un amor tan profundo hacia su madre, a pesar de la infancia que la hizo pasar. Sanmao también nos cuenta el pozo oscuro en el que cayó después de la muerte de su marido. No consiguió salir de él. Leer la vida de los demás te hace poner en perspectiva la tuya.  Leer a Ayestarán y su Jerusalén, santa y cautiva, te hace conocer una ciudad testigo de tanto sufrimiento.  Con Los silencios de la libertad

Escuela de fantasía, Gianni Rodari

Hoy os traigo este libro que reune textos de Rodari publicado en prensa italiana entre los años 1966 y 1980. A pesar de los años que han pasado, son de mucha actualidad. La educación sigue necesitando una gran revisión y una gran actualización. 

"Confiamos demasiado en la memoria, que nos engaña en todos los aspectos, porque enfrenta a los niños de hoy, que crecen en el mundo de hoy, con los niños que fuimos en un mundo infinitamente distinto."

"Padres y maestros solo son útiles si están dispuestos a renovarse de manera constante, a adaptarse al crecimiento del niño, a poner en tela de juicio su propio bagaje cultural y técnicos, su propia idea del mundo. Lo concreto en la educación es el niño, no el proyecto educativo, ni el programa escolar, ni la técnica didáctica en sí. 
...en la práctica cuesta aceptar que toda la educación parta de la reeducación continua del adulto."

"Sigue existiendo la necesidad, y el deber, de comunicarles no solo el placer de la vida, sino la pasión por la vida; educarlos no solo para decir la verdad, sino para sentir la pasión por la verdad, etcétera. No puede bastarnos con verlos felices. Hay que verlos apasionados con lo que hacen, con lo que dicen, con lo que ven."

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